Contratación de traducciones turísticas

Cada año por estas fechas el tema de la traducción turística se vuelve a poner de moda en foros y blogs relacionados con la hostelería, el turismo, la traducción y la interpretación. Desafortunadamente, el motivo de este interés por una de las especialidades de la traducción más rentables que existen no es positivo, sino todo lo contrario: una denuncia sobre la baja calidad de las traducciones de contenidos dirigidos al turista.

Hablamos de las traducciones automáticas pagadas con dinero público por parte de ayuntamientos y entidades públicas, de las pésimas traducciones que encontramos en las cartas y menús de nuestros bares y restaurantes, de los carteles informativos supuestamente bilingües que llenan playas y piscinas… ¿Por qué no se contrata una buena traducción turística? En ABC Translink hemos encontrado dos razones. ¿Te las contamos?

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Razón 1 para no contratar una traducción turística: el “todo vale”

A pesar de que la riqueza (o pobreza) de nuestro país depende del bolsillo de los millones de turistas que vienen a visitarnos, tanto los responsables públicos de la buena marcha del turismo, como las empresas privadas – hoteles, restaurantes, bares, discotecas, etc.- no terminan de entender que no solo hay que ofrecer una oferta cultural y gastronómica de calidad; también hay que saber contársela eficazmente a los turistas que hablan otros idiomas. En los años 60 quizá a los suecos o a los británicos les hacía gracia el spanglish que se chapurreaba en Benidorm. Ahora no.

En el siglo XXI reina un idioma: el inglés. El turista japonés, árabe, norteamericano o francés cuenta con poder comunicarse efectivamente en este idioma y, si es posible, en su propia lengua materna. Menús de restaurantes, paquetes vacacionales, folletos de excursiones y actividades al aire libre, audioguías de museos y edificios históricos… Miles de contenidos que hoy en día no se traducen o se traducen mal por una simple razón: el “todo vale” que ha imperado en nuestro país durante años y años.

Razón 2 para no contratar una traducción turística: el supuesto ahorro

La segunda gran razón que creemos que explica la desidia pública y privada a la hora de contratar los servicios de un buen traductor turístico es el supuesto ahorro de costes. ¿Cuánto crees que cuesta traducir la carta de un restaurante? ¿Y un folleto turístico? La respuesta es: mucho menos de lo que imaginas.

Como ya te hemos contado en varios artículos de nuestro blog, encargar una traducción de calidad no es un coste, sino una inversión, una apuesta rentable y segura. Pero es que además no hablamos de una altísima inversión económica, sino de unas cantidades perfectamente asequibles para cualquier empresa relacionada con el turismo, la gastronomía, la cultura o el ocio. ¿Quieres comprobarlo? Pulsa aquí y calcula ahora tu presupuesto de traducción turística de calidad.

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