Documentos oficiosos: textos académicos

De los escritos que forman parte del ámbito educativo vamos a centraremos en tres:

Reseña

A diferencia de lo que podría parecer, la reseña no es un resumen, ni tiene carácter crítico respecto del texto al que hace referencia. En realidad es una revisión objetiva y expositiva basada en datos y contenidos.

Además de hacer constar referencias básicas (autor, nombre, editorial, número de páginas, etc.) debe centrarse en aludir a los aspectos que conforman el documento: metodología, estilo, detalles sobresalientes del mismo. Igualmente debe señalar detalles referentes al prólogo y su autoría y a las posibles referencias externas.

En cuanto a los rasgos clave de la reseña cabe destacar que debe realizarse con texto corrido, titulado, dividido en párrafos sin “ladillos” y acompañado de una ficha.

Resumen

Puesto que se trata de un texto condensador hay que saber, por un lado, buscar la información realmente importante dentro del documento, para no incluir lo secundario; por otro, encontrar las palabras o ideas clave del escrito para utilizarlas como título. Igualmente hay que tener en cuenta una serie de tácticas que harán nuestro trabajo más fácil a la hora de enfrentarnos al trabajo de traducción y posible corrección de estilo:

  • Prescindir de lo accesorio y de las redundancias.
  • Exponer las ideas por orden de relevancia.
  • No incluir nada que no esté en el texto original y usar terminología similar a la que aparece en el texto que vamos a resumir.

Ensayo

Este tipo de texto es, al contrario que la mayoría de los otros que hemos visto, subjetivo. Se trata de un escrito destinado a convencer y persuadir, centrándose en el análisis de un evento o suceso concreto.

Para facilitar que logre su objetivo, debemos utilizar más recursos estilísticos y retóricos que en otro tipo de documentos, ya que queremos llamar la atención del lector. No obstante debemos evitar el lenguaje coloquial y recurrir a comentarios irrelevantes. La estructura de un ensayo está claramente definida:

– Presentación del tema y desarrollo: Debe mantenerse en torno a las 600 palabras y no sobrepasar los dos folios. Es conveniente escribirla al final, pues puede resultar más fácil resumir las ideas principales.

– Cuerpo del texto: a través de un ejercicio analítico y comparativo exponemos las ideas y desglosamos el contenido. – Conclusión: afianzamos las teorías expuestas  en una recopilación. Es adecuado cerrar la exposición con una frase contundente que represente la motivación tras el texto.

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