Falsos mitos sobre los traductores

Escrito por Marta Barrero – MARA VEGA COMUNICACIÓN – para ABC Translink.

Todos sabemos que las diferentes nacionalidades tienen sus propios tópicos. Pensemos en esos bravos españolitos toreros, los tranquilos mejicanos haciendo la siesta bajo su gran sombrero o los rubicundos alemanes y sus enormes jarras de cerveza. Pero pocos caemos en la cuenta de que también las profesiones acarrean sus propios y equivocados tópicos. (¿Quién tiene una letra infernal?: los médicos). Hoy, en nuestro blog vamos a intentar desmentir algunos de los tópicos más típicos de nuestro sector profesional: la traducción.

Tópicos

Un buen traductor no necesita diccionario.

Primer falso tópico. Cierto es que los traductores e intérpretes dedican largos años de su vida a memorizar términos y expresiones, pero por mucho que estudien jamás conseguirán saber todos y cada uno de los millones de términos que contiene un idioma.

 

Vives unos años en el extranjero y ya eres traductor.

Este tópico falso no es tan inocuo como el primero ya que el resultado es grave: la irrupción de la competencia desleal en el sector. Cientos de personas que por hacer un curso en Londres, por ejemplo, creen que ya pueden traducir fluidamente cualquier documento redactado en inglés. Este tópico además de falso, es dañino para la inversión económica en traducción de las empresas clientes.


Sólo hay que traducir, no entender.

Nuestro tercer tópico está más extendido de lo que parece y si eres traductor seguro que nos entiendes a la primera: ¿cuántas veces te han dicho algo así como “tú limítate a traducir”? Un buen traductor debe comprender el texto que lee para poder traducirlo con rigor y exactitud. Por ese motivo, precisamente, hay traductores especializados en ingeniería, ciencias de la salud, literatura, ciencias económicas, etc.


Traducir es fácil, lo hace cualquier programita.

En los últimos años han surgido como setas cientos de aplicaciones y programas informáticos que intentan traducir textos de cualquier idioma. Ya sabes de lo que hablamos y seguro que también conoces el resultado de esas traducciones automáticas. Ya hemos hablado largo y tendido de las diferencias entre la traducción profesional y la traducción automática, pero si quieres saber más, pulsa aquí.

 

 Una traducción no cuesta casi nada.

Otro tópico más que se ve enriquecido por anuncios del tipo “Necesito traducción rápida de 5.000 palabras, presupuesto: 5 €”. ¿Te suena? La competencia de los falsos traductores y la mala marcha de la economía mundial han propiciado el nacimiento de esta falsa creencia. Una mala traducción quizás cueste 1 o 2 €, una traducción profesional no.

 

 

¿Cuánto cuesta una traducción profesional?

 

 

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