LA IMPORTANCIA DE LA TILDE. Segunda parte.

Si recuerdas, en noviembre publicamos la primera parte de un artículo titulado “La importancia de la tilde”. Este artículo generó muchos e interesantes comentarios en nuestros grupos de Linkedin. Vuestras ideas y opiniones ratificaron nuestra idea de que, lamentablemente, nuestra sociedad está olvidando las reglas más básicas de la ortografía.

Hoy vamos a intentar refrescar algunas reglas que a veces nos resultan un poco más difíciles de recordar. En todos los casos hemos acudido a las normas e indicaciones de la Real Academia de la Lengua Española.

 Tildes

Las mayúsculas SÍ se tildan:

Por mucho que los diseñadores se empeñen en lo contrario, la RAE indica que es obligatorio escribir con tilde las mayúsculas que deban llevarla según las reglas de acentuación. Por ejemplo:

CAMIÓN

ÁGAPE

TRIGONOMETRÍA

Durante muchos años la mayor parte de la gente opinaba que las mayúsculas no se tildaban. La “culpa” fue de las rotativas de la prensa. Antiguamente, para componer los textos de los periódicos se usaban cajas de caracteres. El tamaño de esas cajas era limitado y en las letras mayúsculas no quedaba espacio para insertar ese rasguito llamado tilde. En lugar de cambiar el tamaño de las cajas, se intentó cambiar la regla ortográfica. Por suerte, los defensores del castellano no lo permitieron.

Dónde, quién y cómo:

Estas palabras pueden generar también bastantes dudas. La RAE nos dice que estos términos se escriben con tilde cuando tienen sentido interrogativo o exclamativo. Cuando estas palabras funcionan como adverbios o pronombres relativos no debemos colocar tilde.

¿Lioso? Con unos ejemplos lo veremos más claro:

¿Dónde está mi chaqueta? Está donde la dejaste ayer.

¡Cómo ha crecido el huerto! No te entiendo, está como siempre.

Por favor, pregunta a ese señor dónde está la tienda de María. Estará donde la tienda de Jesús, ¿no?

¿Pero quién se lo dijo a Enrique? Quien se lo dijera es un mentiroso.

La RAE nos recuerda que algunas veces estas palabras funcionan como sustantivos. En ese caso la tilde es obligatoria. Por ejemplo:

En este proyecto es fundamental averiguar el qué antes de calcular el cuánto ¿no crees?

Ahora tenemos qué decidir bien el cómo y el cuándo.

 

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