Pistas para detectar una traducción aficionada

El otro día en Linkedin – una de las redes sociales en las que participa activamente ABC Translink– volvió a surgir un debate en torno al tema de las traducciones aficionadas. Uno de los miembros del grupo, un directivo de una empresa dedicada a la formación, se quejaba de los mil y un errores que tenía la versión inglesa de su página web recientemente traducida. Al parecer, ciertos errores garrafales de los textos traducidos habían llamado la atención de sus lectores y los habían difundido como chistes en sus muros de Facebook, Twitter o Google Plus.  Lógicamente, el directivo engañado por ese traductor aficionado estaba muy enfadado, tremendamente preocupado y pedía urgentemente una solución rápida a las empresas de traducción del grupo.

Este caso no es un hecho aislado. Cada día más empresas contactan con nuestra agencia de traducción para encargarnos la corrección urgente de sus textos mal traducidos. Esas empresas que, voluntaria o involuntariamente, han dejado en manos de traductores aficionados la traducción de sus páginas web, su publicidad o sus documentos corporativos, ven cómo la inversión en traducción se dispara, su identidad corporativa se resiente y, además, pierden un tiempo y una paciencia valiosísimos.

¿Quieres saber cómo detectar rápidamente una traducción aficionada? Sigue leyendo.

Traducción aficionada


2 pistas rápidas para detectar traducciones aficionadas:

  1. Excesiva literalidad.

El otro día leí un artículo de un traductor en el que explicaba el tema de los errores literales en las traducciones utilizando un ejemplo de un anuncio de empleo. En ese anuncio, una academia solicitaba un “profesor/a de ingles” (sin tilde). La traducción literal al inglés fue: “teacher/to of groins”. Es decir, el traductor aficionado – o el programa de traducción automática que utilizó para ahorrar tiempo- interpretó literalmente /a como to y el término ingles sin tilde como lo que es en español: esa parte de la anatomía donde se unen los muslos con el vientre.

  1. Errores sintácticos, ortográficos y gramaticales.

Como te hemos contado en muchos artículos del blog de ABC Translink, un buen profesional de la traducción no entrega el trabajo a su cliente sin revisarlo una y mil veces. Revisa y corrige todo el documento, desde el uso del vocabulario, hasta el respeto por el formato que haya elegido el autor del texto (cursivas, negritas, etc.). Un traductor aficionado ni conoce ni valora este último paso de una traducción profesional y eso repercute, lógicamente, en el trabajo que entrega a su cliente.

¿Qué te parecen estas pistas? ¿Quieres añadir alguna más?   

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