Traducir audiodescripciones

A finales de agosto del año pasado publicamos en el blog de ABC Translink un artículo que provocó muchas y variadas respuestas en nuestro perfil de Linkedin. Se titulaba La traducción audiovisual, mucho más que palabras, ¿recuerdas? En ese texto reflexionábamos sobre una de las especialidades de la traducción más demandadas por las productoras audiovisuales. En las conversaciones con nuestros seguidores surgió un tema paralelo y muy interesante, la traducción de audiodescripciones.

Hoy vamos a intentar explicar en qué consiste este fascinante trabajo que también te ofrecemos en nuestra agencia de traducción.

Audiodescripcion-Amelie

La definición

No localizamos el término audiodescripción en el DRAE, pero sí en la Norma UNE 153020 de audiodescripción para personas con discapacidad visual que se publicó en nuestro país hace muy poquito, en el año 2005:

Sistema de apoyo a la comunicación que consiste en el conjunto de técnicas y habilidades aplicadas, con objeto de compensar la carencia de captación de la parte visual contenida en cualquier tipo de mensaje, suministrando una adecuada información sonora que la traduce o explica, de manera que el posible receptor discapacitado visual perciba dicho mensaje como un todo armónico y de la forma más parecida a como lo percibe una persona que ve”.

 

Una buena audiodescripción debe conseguir que el invidente perciba cada escena de la película, el anuncio publicitario o la obra de teatro de la forma más realista posible. Debe conseguir, en definitiva, que el invidente vea a través de sus oídos.

Traducir no redactar.

La redacción de audiodescripciones no es nada sencilla, pero su traducción tampoco lo es. Estoy recordando, por ejemplo, una escena audiodescrita de la conocida película francesa Amelie (Jean-Pierre Jeunet. 2001). Desde mi punto de vista, el redactor original del texto no estuvo demasiado inspirado ese día. Trascribo la traducción que se realizó al español:

TXT-audiodescripcion

¿Qué te parece? Un poco soso, ¿verdad? Sobre todo si, viendo con tus propios ojos esta escena clave de Amelie te das cuenta de que el redactor de la audiodescripción no describe la intensa mirada que la protagonista le dirige al joven que entra en el café. Tampoco indica que, extrañamente, Amelie no responde a su tímido saludo, ni que sigue secando las tazas mientras sigue sus pasos con la mirada. La voz en off tampoco le cuenta al oyente invidente cómo es el ambiente de la cafetería, si es luminosa u oscura o si es de día o de noche. Tampoco nos cuenta si vemos más clientes en el local o si, por ejemplo, nuestro protagonista toma asiento frente a la puerta del café (a la vista directa de Amelie) o no. Y así podríamos seguir y seguir.

Es decir, con esta audiodescripción es difícil que una persona con carencias visuales pueda visualizar esta escena vital de Le fabuleux destin d’Amélie Poulain.

Entonces ¿la traducción debe cubrir estas aparentes deficiencias de la redacción original? Por supuesto que no. El traductor audiovisual debe, en este caso, trasladar las palabras de la descripción de uno a otro idioma. Simplemente se meterá en el bolsillo las ganas que le entren de mejorar la explicación  para invidentes y hacer su trabajo de la mejor manera posible. ¿O no?

¿Crees que la traducción debe mejorar la redacción original de una audiodescripción?

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