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Localización de videojuegos: particularidades

Además de tener un alto domino del inglés, como ya comentamos en la ocasión anterior, y de poseer conocimientos relativos a la realidad cultural de la región o lugar de destino de la traducción, es conveniente que el profesional que se va a dedicar a la localización de videojuegos  tenga claras una serie de especificidades del entorno para el que va a trabajar.

Vamos a traducir texto que va a acompañar a un compendio de imágenes, programaciones y software que va a ser reproducido en una pantalla de ordenador o en una televisión. Ello implica que tendremos que manejarnos con restricciones de espacio a la hora de maquetar, limitación del número de palabras a utilizar, etc.

También comentamos que la localización compartía características con la transcreación, pues la traducción literal no funciona en este caso. Hace falta una adaptación total de los textos para que sea posible su comercialización en un nuevo mercado local.

Al igual que un traductor que se dedique a textos médicos, debe tener, al menos, unas nociones básicas sobre medicina, también es necesario que un traductor tenga alguna idea sobre el mundo de los videojuegos:

Por un lado un conocimiento teórico, pues es un campo muy amplio y entre los distintos géneros hay diferencias contextuales que deberemos manejar. No es lo mismo un videojuego de tinte fantástico como The Witcher, The Elder Scrolls o Dragon Age que uno futurista como Mass Effect, Gears of War o Halo, o losjuegos basados en sagas como Star Wars o El Señor de los Anillos. En cada uno trabajaremos con trasfondos y personajes distintos; un tipo de vocabulario y temática diferente e incluso veremos constantes referencias a personajes o situaciones de libros o películas.

Por otro lado conviene tener un conocimiento práctico de los videojuegos. Sin llegar a convertirse en un “friki” conviene tener una idea sobre el manejo de una consola, un mando, haber interactuado con una aplicación, saber movernos por el menú de creación de un personaje. En definitiva, saber de que estamos hablando cuando nos enfrentemos al vocabulario exclusivo de este entorno. Por último, pero no menos importante, es esencial que tengamos una idea general sobre el contenido del juego. Quienes son los personajes, tono de las conversaciones, entender las bromas, reproducir las formas dialectales o jergas. En fin, todas esas particularidades que permitan que la experiencia para el jugador del idioma localizado sea igual que la vivida por aquel que lo use en su idioma original.

Traducción de videojuegos: localización

Quizá mucha gente piense que el mundo de los videojuegos pertenece a otra dimensión, pues nunca se han acercado a él. Incluso entre los aficionados a jugar, puede que haya muchos que nunca se hayan planteado el enorme y complejo trabajo que hay detrás de este tipo de traducciones.

En los últimos años ha aumentado considerablemente la demanda de este tipo de trabajos, pues cada vez son más las personas que juegan a videojuegos, ya sea en PC o en consolas, igualmente, muchos usuarios juegan o utilizan aplicaciones del estilo en sus dispositivos móviles. Por lo tanto, podemos decir que la localización de videojuegos es un mercado en auge para los traductores y correctores profesionales.

Se denomina localización de videojuegos (pues va más allá que el solo hecho de traducir o volcar un texto de un idioma a otro)al hecho de adaptar un videojuego o aplicación para que sea comercializable en lugares con un idioma distinto del de su creación. En principio la mayoría de estos productos se realizan en inglés, aunque en Japón también hay un mercado importante. El dominio del inglés es, en este caso, obligatorio.

El proceso de doblaje no siempre se lleva a cabo cuando un videojuego se exporta a otros mercados pues hay muchos títulos o productos que no son doblados a otros idiomas; pero los textos que aparecen en el juego: diálogos, guías, menús, manuales de uso, etc. son, en muchos casos, traducidos a multitud de lenguas. Lograr que esos textos tengan sentido y alcancen los objetivos de los textos originales es el secreto de la localización.

Por un lado tenemos los textos del campo técnico, el software y la propia programación del videojuego. Dada su complicación, y al igual que las traducciones de textos informáticos, estos manuales tienen sus características propias como los códigos por lo que deben ser tratados por un experto.

Por otro lado está la localización cultural, que será el objetivo del trabajo del traductor y el corrector: dotar a esos diálogos y explicaciones de sentido. Al igual que en otro tipo de traducciones, aquí se intuyen nociones de lo que se denomina Transcreación, pues no se trata solo de volcar de manera literal el texto original, sino de transformarlo “culturalmente” para que cobre sentido entre los usuarios de destino.

Con ciertas similitudes con el campo de las localizaciones de páginas web, es un mundo interesante para muchos traductores que, especializados en inglés, pueden dedicarse a esta localización de videojuegos.

Extranjerismos en la era tecnológica y digital

Hace tiempo hablamos sobre la influencia y el abuso de las palabras originarias de otros idiomas en nuestra lengua, pero con el paso del tiempo y, sobre todo en determinados ámbitos, hemos ido viendo como la aparición de esas palabras aumentaba exponencialmente.

La presencia cada vez mayor de la tecnología, las redes sociales o la informática en nuestra vida cotidiana ha dado como resultado que gran parte del vocabulario relacionado con esas materias se mantenga en su lengua de origen o no varíe casi nada respecto del original. No es algo extraño, en las lenguas de Europa la existencia de palabras provenientes del griego o del latín, ya sea de forma íntegra o en su raíz semántica, es muy elevada. Puesto que el inglés es la lengua en la que se distribuye la tecnología es lógico que la presencia de anglicismos sea abundante.

La lengua hablada tiende, indefectiblemente, a economizar y a acomodar y es evidente que hay idiomas más adaptables y más apropiados para determinado tipo de comunicación. Es innegable que el inglés es un idioma apto para la tecnología: cómodo para la creación de nuevos términos, fácil para la condensación semántica, etc.

La controversia sobre la necesidad de traducir o no estos términos viene de lejos, pero se acentúa ahora, que los campos que más utilizan ese vocabulario comienzan a formar parte de nuestra vida diaria.

¿Traducir o no traducir? esa es la cuestión. Quizá la mejor postura, como para muchas otras cosas, sea encontrar el término medio. Cada ámbito puede tener sus consideraciones y cada contexto sus propias posibilidades.

Sin duda la gente más joven, acostumbrada al manejo de ese vocabulario, encontraría extraño utilizar las traducciones, pero ¿cuánta gente conoce realmente el significado del extranjerismo que está usando? Mucha, simplemente, lo maneja sin más.

¿No sería más fácil para las personas ajenas al mundo digital que se adentran en el por primera vez emplear palabras españolas que sirven igualmente para definir situaciones o expresar acciones? Seguramente sí.

Dentro de los extranjerismos tecnológicos podemos hacer tres grandes grupos:

– Los que no se traducen por dejadez de los usuarios.

– Los que perderían sentido al pasarse a otro idioma, porque implican conceptos o referencias.

– Los que no se pueden traducir porque sencillamente no existen en otro idioma. Puesto que no siempre es posible la traducción, el profesional que tiene ante sí un texto de estas características, debe tener en cuenta una serie de consideraciones. No es lo mismo un texto de marketing empresarial que un documento divulgativo sobre informática. El contexto es esencial para hacer una traducción de calidad.

Traducción de guiones cinematográficos y audiovisuales

Esta especialidad dentro de la traducción de textos es una de las grandes olvidadas. Acostumbrados como estamos, en este país, a encontrarnos las películas, series y demás obras audiovisuales dobladas al español, nos olvidamos de que detrás de esa conversión lingüística hay un complejo e intenso trabajo de traducción, transcripción y corrección.

Siempre que hablamos sobre las capacidades que debe tener un buen traductor profesional, hacemos referencia al obvio dominio de los idiomas, pero como cada especialidad, esta tiene sus propias características y aspectos complejos. Quizá de los más complicados de la traducción y la corrección, pues no basta con entender el significado de las palabras y el texto, sino que debemos ser capaces de captar el sentido oculto que siempre fluye por debajo del discurso en primer plano. El metalenguaje, lo metafórico, los modismos, todo lo que subyace bajo la apariencia.

No se debe olvidar, además, que cuando se traduce el guion de una obra audiovisual, hay que considerar que la forma de enfocar el texto ha de ser distinta si su destino es un entorno audiovisual, pues los aspectos narrativos son diferentes a los de un texto literario.

Repasemos algunos de los puntos clave de este tipo de traducciones:

  • Es estrictamente obligatorio tener un contacto directo con el cliente o el autor, para que nos de datos y detalles sobre nuestro trabajo: características, extensión, particularidades, etc. Debemos tener una línea abierta de consulta para cualquier duda y eventualidad que pueda surgir.
  • No se debe dividir el trabajo entre varios traductores. Este sistema puede ser efectivo en otro tipo de textos, más estructurados y monótonos, donde la variación del traductor puede afectar menos en el trabajo final, pero en este caso sería contraproducente.
  • Debemos conocer previamente la historia: ¿es una comedia, un drama, cual es su desarrollo, como son los personajes, cual es la finalidad y los objetivos de la historia?
  • Los diálogos son sumamente importantes. Con ellos damos entidad, vigor y dinamismo a la película. Debemos ser capaces de captar los matices de humor, drama, seriedad, etc. que tenemos que mantener y transmitir con nuestra traducción.
  • Capacidad de adaptación. La exigencia de alterar el texto para que se adapte a las necesidades de la versión en el otro idioma, es muy frecuente: jerga, lenguaje dialectal, localismos; uso de referencias culturales propias como chistes, mención de personajes conocidos, refranes, etc. todo ha de ser tenido en consideración a la hora de volcar el texto para poder plasmar esos aspectos de forma adecuada en el otro idioma y que el diálogo no solo tenga sentido, sino que tenga el “mismo sentido”.

Conviene, pues, escoger un profesional con experiencia en la traducción de textos audiovisuales, con nociones sobre como analizar un guion, que sepa entender el ritmo interno y la narrativa de la película.

Traducciones tecnológicas, Apps, Software informático y programación

En ocasiones anteriores hemos hablado sobre la influencia que la tecnología y los avances digitales han tenido sobre la labor del traductor y el corrector.

Dentro de esa tecnología conviene incidir sobre la informática y todo lo relacionado con ella: Software, aplicaciones para móviles o tablets, programas para la web, etc. En la actualidad, el volcado idiomático de todos esos productos o sistemas está a la orden del día y, además, se lleva a cabo en multitud de lenguas diferentes.

En ABC Translink sabemos que enfrentar una traducción de estas características es complejo y que requiere el dominio de muchos ámbitos. Para realizar una labor de calidad, el profesional  debe  poseer un alto nivel idiomático, tener conocimientos sobre la materia tratada y manejar con soltura los términos propios de la especialidad concreta, pero además debe tener experiencia en el campo de la traducción de marketing y la transcreación, y si ha de trabajar con documentos relacionados con la programación o el diseño web conviene que posea conocimientos mínimos de lenguajes de programación.

En otras especialidades de traducción -literaria, jurídica u oficial-  es importante mantener la fidelidad del contenido que se traduce (salvo necesarias excepciones), mientras que en casos como el que nos ocupa, la posibilidad de variar el vocabulario y la forma no solo es necesaria sino que es conveniente.

Tras una primera fase de traducción se inicia el complicado proceso de dar forma al texto para que al finalizar, tenga además de la obligatoria corrección técnica, un aspecto y estilo agradable para el consumidor, un vocabulario adaptado al receptor y cumpla con las expectativas del usuario.

En cuanto a lo relacionado con la maquetación y la corrección de este tipo de textos, hay que tener en cuenta toda una serie de factores que van a influir y obstaculizar la labor del profesional y que no vamos a encontrar en otras especializaciones. Maquetar para la web tiene sus particularidades, y hay que pensar en ellas pues si no las tenemos en cuenta con anterioridad, podemos provocar retrasos, fallos graves y tener dificultades para completar el trabajo.

Mantener tamaños, formas y demás aspectos visuales y gráficos puede ser complejo cuando se trabaja con idiomas que no utilizan la grafía latina, pues las fuentes, espaciados e incluso el orden y la forma de escribir son completamente diferentes de la nuestra. Pensemos, por ejemplo, en alfabetos como el griego, el cirílico o casos más extremos como el chino o el árabe.

Es por tanto recomendable tener una idea global y detallada del trabajo a realizar, para poder abordarlo con eficiencia, y poder prever todos esos imprevistos que podrían surgir.

Textos oficiosos V: textos divulgativos

A pesar de que la traducción de textos periodísticos a ido cambiando con el tiempo, principalmente por la paulatina desaparición de la prensa en papel y la aparición del periodismo digital. Las características generales referentes a este tipo de textos, siguen siendo las mismas.

Artículo y entrevista

El primero es un texto completamente libre, en el aspecto estilístico y formal, pues se basa en la expresión de las opiniones del que lo escribe. En cuanto a la entrevista, se trata de una transcripción de una conversación, por lo que, salvo errores gramaticales o lingüísticos, debe ser fiel al mensaje, sin alterar el contenido.

Reportaje y noticia

La diferencia principal entre ambas es que la noticia debe ser corta, clara y ordenada, pues su principal objetivo es la inmediatez. Por su parte el reportaje es más extenso, ya que desarrolla un tema, incluyendo información suplementaria. Ambos, no obstante, deben ser verificables y objetivos. La estructura de ambos es similar:

– Antetítulo:  sirve de introducción para el siguiente, dando una idea del tema que se va a tratar.

– Título: resumen de la noticia. Claro, directo, sin ambigüedades. Es preferible que no supere las 15 palabras.

– Subtítulo: Puede alcanzar las dos líneas de longitud y conviene que incluya a los protagonistas de la noticia.

– Entradilla: Se utiliza, principalmente, en los reportajes y sirve para presentar al personaje y el tema.

– Texto general: el arranque del cuerpo de la noticia debe incluir la información más relevante y el desenlace. A lo largo de la exposición irá decreciendo la intensidad. En el reportaje hay más libertad formal.

– Destacados: pueden llevar título y normalmente van dentro de recuadros, en los que se incluye información suplementaria, aunque no forman parte de la noticia en sí.

– Sumarios: Refuerzan el contenido de los titulares, pero no deben añadir informaciones que no aparezcan en el resto del texto.

– Pies de foto: Comentarios de imágenes. No deben ser texto de relleno, sino que añada información a la parte gráfica a la que acompañan. Pueden alcanzar hasta las 4 líneas de extensión.

Aunque, lógicamente, el contenido de las noticias es importante, el traductor que realiza el trabajo debe ser consciente de la importancia de la maquetación. El lector tiende a prestar atención, en primer lugar, a los textos de refuerzo y las imágenes, por lo que es importante mantener el aspecto y la forma al volcar el texto.

Documentos oficiosos: textos académicos

De los escritos que forman parte del ámbito educativo vamos a centraremos en tres:

Reseña

A diferencia de lo que podría parecer, la reseña no es un resumen, ni tiene carácter crítico respecto del texto al que hace referencia. En realidad es una revisión objetiva y expositiva basada en datos y contenidos.

Además de hacer constar referencias básicas (autor, nombre, editorial, número de páginas, etc.) debe centrarse en aludir a los aspectos que conforman el documento: metodología, estilo, detalles sobresalientes del mismo. Igualmente debe señalar detalles referentes al prólogo y su autoría y a las posibles referencias externas.

En cuanto a los rasgos clave de la reseña cabe destacar que debe realizarse con texto corrido, titulado, dividido en párrafos sin “ladillos” y acompañado de una ficha.

Resumen

Puesto que se trata de un texto condensador hay que saber, por un lado, buscar la información realmente importante dentro del documento, para no incluir lo secundario; por otro, encontrar las palabras o ideas clave del escrito para utilizarlas como título. Igualmente hay que tener en cuenta una serie de tácticas que harán nuestro trabajo más fácil a la hora de enfrentarnos al trabajo de traducción y posible corrección de estilo:

  • Prescindir de lo accesorio y de las redundancias.
  • Exponer las ideas por orden de relevancia.
  • No incluir nada que no esté en el texto original y usar terminología similar a la que aparece en el texto que vamos a resumir.

Ensayo

Este tipo de texto es, al contrario que la mayoría de los otros que hemos visto, subjetivo. Se trata de un escrito destinado a convencer y persuadir, centrándose en el análisis de un evento o suceso concreto.

Para facilitar que logre su objetivo, debemos utilizar más recursos estilísticos y retóricos que en otro tipo de documentos, ya que queremos llamar la atención del lector. No obstante debemos evitar el lenguaje coloquial y recurrir a comentarios irrelevantes. La estructura de un ensayo está claramente definida:

– Presentación del tema y desarrollo: Debe mantenerse en torno a las 600 palabras y no sobrepasar los dos folios. Es conveniente escribirla al final, pues puede resultar más fácil resumir las ideas principales.

– Cuerpo del texto: a través de un ejercicio analítico y comparativo exponemos las ideas y desglosamos el contenido. – Conclusión: afianzamos las teorías expuestas  en una recopilación. Es adecuado cerrar la exposición con una frase contundente que represente la motivación tras el texto.

El profesional y la transcreación de material de marketing

Ya hablamos sobre las generalidades de este proceso y de lo que implicaba la adaptación de la marca de mercado y la creación de copias para la comunicación multicultural.

En esta ocasión nos centraremos propiamente en el trabajo que debe realizar el traducto-editor y en las particularidades del trabajo de transcreación. Para realizarlo satisfactoriamente hay que tener en cuenta algunas cuestiones importantes:

Cambios en el proceso

El profesional debe tener en cuenta que el desarrollo de una traducción de este tipo es completamente diferente respecto a las traducciones o ediciones normales.

Este proceso consta de varias fases: requiere de una etapa creativa (que se llevará a cabo usando sistemas como “las cinco W” o “mapas mentales”), de un ámbito consultivo (intercambios de ideas con el cliente) y de la parte propiamente de traducción.

Todo ello desemboca en un trabajo más lento y que se alarga en el tiempo.

 Conocimientos del profesional sobre el nuevo entorno

Es en la multiculturalidad donde radica la clave para el profesional de la traducción o la edición. Ahora no solo requiere de un alto nivel de dominio de las lenguas que traduce, como en las demás opciones, sino que necesita, también, un alto grado de conocimiento de la realidad cultural de la sociedad receptora del mensaje. En caso contrario, se corre el riesgo de errar en la consecución del objetivo, de que esa adaptación de la marca de mercado no sea efectiva, no llegando al público debidamente o, incluso, resultando problemática si hiere sensibilidades.

Es necesario realizar un estudio sobre las cuestiones básicas que conforman la sociedad destinataria de la campaña para que esta cumpla con su función y se implemente con éxito en el nuevo mercado.

Conocimientos del profesional sobre el cliente

La transcreación para material de marketing se emplea principalmente para crear un efecto llamativo en una campaña, con lo que se suele enfocar en los titulares, anuncios o partes concretas del texto, no en el cuerpo general del mismo.

Para realizar una labor de calidad debemos tener una relación más “estrecha” de la habitual con nuestro contratador. Debe haber un intercambio de ideas y propuestas. Debemos tener claros cuales son los objetivos, las necesidades y los límites de nuestro cliente para poder alcanzar el éxito. Sin duda todo un reto que solo un profesional cualificado debe encarar, para garantizar siempre un trabajo de calidad.

Documentos laborales: informes

En la entrada de hoy nos centraremos en el temible informe, dando unas cuantas indicaciones que harán la labor del traductor profesional más sencilla. Aclarar ciertos puntos puede facilitar el traspaso del texto a otro idioma. El objetivo de un texto de este tipo es facilitar la toma de decisiones o la gestión, pues en él se transmiten deducciones, hipótesis y estudios respecto a un tema. Por lo tanto se plasma la información de forma muy precisa con la exposición de datos, causas, decisiones, etc.  La necesidad de mantener su estructura y forma rígida hace que innovar sea complicado, pero podemos, al menos, enumerar sus apartados bien definidos:

Portada: El título debe ocupar dos líneas como máximo (fuente Arial 16), seguido de un subtítulo (Arial 14) y en minúscula los datos del autor, fecha y datos de la empresa (es conveniente usar los colores y símbolos corporativos).

Índice general: Si el documento contiene capítulos o bien supera las 20 páginas es conveniente sustituir la “Tabla de contenidos” por un índice (Arial 12).

Introducción: Es la sección donde se debe incluir las fuentes de las que se ha obtenido la información, la metodología utilizada en el informe y el contexto teórico en el que se ubica el estudio.

Objetivos: Esta parte es opcional. Podemos comentar el objetivo general e incluir explicaciones sobre objetivos más concretos.

Cuerpo: En esta sección desarrollamos los datos y realizamos un análisis de la información obtenida. Es recomendable recurrir a recursos gráficos (esquemas, figuras, tablas, etc.) que permitan visualizar los datos más cómodamente.

● Conclusión: La exposición de los resultados debe ser estructurada para que sea clara y coherente.

● Propuestas: No es obligatoria, pero el hecho de incluir posibles soluciones o distintas posibilidades aumenta la calidad y eficacia del informe.

Al ser un texto expositivo y, como decíamos, de estructura rígida, es complejo introducir personalizaciones que doten al informe de originalidad. El cuerpo central del mismo es más estricto, pero podemos jugar con los títulos y subtítulos, incluir fuentes llamativas y utilizar un vocabulario atractivo (cuidado con los neologismos). También debemos tener en cuenta otras reglas:

– Debe incluir datos que argumenten el contenido.

– Debe tener, al menos, 4 páginas y no superar las 30 (el término medio es el más adecuado).

– La portada no se numera, pero es la página I, por lo que la siguiente sería la II. La numeración de esas páginas iniciales (introducción, objetivos…) va en números romanos y en versalitas centrados en el pie. El resto, incluidas las partes gráficas, llevan el número en la parte inferior derecha.

Documentos oficiales: actas y citaciones

Siguiendo con los esquemas de documentos de esquema estricto hoy analizaremos dos de especial índole formal. Como ya dijimos en el caso de los informes, este tipo de textos no se caracterizan por su flexibilidad estructural, si no que tienen a seguir unas pautas rígidas que se repiten constantemente.

Acta

Este tipo de escritos se utilizan para registrar por escrito el contenido de una reunión: los temas tratados, las intervenciones, el resultado de las votaciones, si las hay, y las decisiones tomadas.

Puesto que el objetivo es dejar constancia del desarrollo, es conveniente que el documento sea pormenorizado, incluyendo detalles o anotaciones que en otros casos resultarían superfluas o innecesarias. En este escrito debe constar:

– Datos generales: Lugar, hora y fecha de la celebración.

– Datos de interés: Nombre del organismo o entidad, motivo por el que se celebra la reunión, nombres de los asistentes o de sus representantes acreditados (si los hay).

– Orden del día.

– Descripción minuciosa o acontecido en el encuentro.

– Firma del presidente y del secretario, que dan fe del contenido del acta.

Puesto que el documento, además de ser un registro legal de la reunión también es un escrito informativo, para aquellos interesados que no hayan podido acudir, es necesario que la redacción sea clara y objetiva, sin que el transcriptor adopte posiciones o exponga su opinión.

Citación

Al contrario que la anterior, las citaciones tienen una naturaleza funcional y su principal característica es la concreción. El tono de la misma varía según la proveniencia y quien la emite. No obstante, tiene también unas partes claramente diferenciadas:

– Nombre de la entidad emisora de la citación.

– Motivo y clase de reunión a la que se convoca.

– Nombre de las personas que deben acudir.

– Calidad de la citación: primera, segunda, etc.

– Agenda de los temas a tratar.

– Cargo del remitente: director, secretario…

– Lugar y fecha de la citación. Como vemos, la posibilidad de innovar o añadir personalizaciones en este tipo de documentos es prácticamente nula, pero tampoco es necesaria, de hecho, es preferible centrarse en que el contenido logre sus objetivos, más que en su “aspecto”. Los profesionales que deban enfrentarse a la traducción de este tipo de escritos deben estar muy atentos a la hora de trasladar los nombres propios, las fechas y otros detalles similares, que pueden llevar a error al cambiar de idioma.